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sábado, 30 de noviembre de 2013

duda antes de incorporar este texto en "Busco al sicópata" finalmente lo incluyo como un horroroso ejemplo de la conducta de un enfermo mental que no dudó un instante para asesinar a tres niños inocentes y suicidarse luego. ocurrió en Santa Cruz, Bolivia.

José Daniel Antelo Ruiz (39), el asesino que quitó la vida a los tres niños, habría actuado de esta manera para dar un escarmiento a una expareja que él tenía y que se negó a reiniciar la relación sentimental.
Las llamadas y los mensajes que hizo el criminal a la muchacha, tía de los menores abatidos a tiros, delataron el móvil de este crimen que provocó la consternación de la sociedad cruceña.
Antelo era el enamorado de la tía de los pequeños y al parecer esta relación terminó de manera abrupta. El sujeto habría intentado volver con la muchacha en reiteradas oportunidades, pero la hermana de la mamá de los menores, identificada solo por el sobrenombre de Quindy, no le permitió volver a su lado. 
Esto provocó que el sujeto decidiera acabar con la vida de los tres niños, que eran cercanos a la muchacha. “Estamos sufriendo las consecuencias de un problema que no era nuestro”, dijo con voz entrecortada el papá de los menores, Alexander Justiniano Barba.
“Él (Jose Daniel) tenía una relación con la hermana de mi mujer, a la que llamó y amenazó antes de ir hasta mi casa para matar a mis hijos”, relató el padre y dijo que lo sucedido le desgració la vida a su familia.
El fiscal Freddy Durán, autoridad judicial que lleva adelante la pesquisa del caso, indicó que las razones para el lamentable hecho de sangre fueron pasionales, situación que se debe confirmar con los testimonios de los familiares.

El suicidio
Luego de los asesinatos que cometió Antelo, se presume que utilizó una de las dos armas con las que ingresó a la casa y se disparó un proyectil debajo de la mandíbula, herida que tuvo orificio de salida a la altura de una de las fosas nasales.
Sin embargo, el examen de la forense Katherine Ramírez detalla que además de la herida que tiene en la mandíbula, que se presume fue causada por un arma calibre 22, el cuerpo del asesino tiene un impacto en la zona del parietal derecho. 
Este disparo fue hecho por un revólver calibre 38, la segunda arma que la Policía encontró en el lugar del crimen. El proyectil fue extraído de la cabeza del criminal.
Se presume que el abuelo de los niños, que también resultó herido con cuatro impactos de bala, al ver al sujeto en el piso y debido a lo que vivió en ese momento, pudo haber tomado una de las armas del criminal para ‘rematarlo’ situación que aún no ha sido confirmada 
Se movió por la pasión y anuló la razón
René Calvimontes - SIQUIATRA
Lo ocurrido con el sujeto que mató a los tres niños por problemas con una expareja, demuestra un tipo de personas que solo tienen como base sentimental en su vida a la mujer con la que mantienen una relación. Estos sujetos no tienen ningún proyecto de vida. 
Como la muchacha con la que estaba no quiso volver con él, encontró en los crímenes que cometió una forma de dañarla ante la imposibilidad de acabar con ella, movido solamente por la pasión y anulando así la razón.
Este tipo de criminales cometen estos homicidios con la única razón de dar un ejemplo histórico a la persona con la que estaban, no encuentran otra alternativa para solucionar sus problemas pasionales, viven en un eterno vacío mental, solamente tienen proyectos de vida materiales.
Estas situaciones están ocurriendo en nuestra sociedad, porque solo el 16% de los matrimonios en Santa Cruz son estables en lo sicológico, social y vivencial, el resto vive en un permanente desequilibrio. A esto se debe sumar el hecho de que solo el 8% de las personas se han casado por amor, lo que aumenta la posibilidad de que sucedan cada vez más este tipo de desenlaces fatales. 
Otros factores que se suman tienen que ver con el permanente consumismo que se alienta por las diferentes redes sociales y la falta de alternativas vivenciales para las parejas en la sociedad.
Es muy difícil que las personas se puedan dar cuenta de la presencia de un homicida, ya que ellos tienen una capacidad de seducción muy alta entre las personas. Vivimos entre sociópatas y sicópatas.
La familia de los menores necesita ayuda sicológica