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miércoles, 3 de mayo de 2017

muchas veces el psicópata se configura como uno que sufre transtorno nacisista de la Personalidad, conocido como TNP o psicpatas adaptados, o todavía mas claro que padece Transtorno antisocial de la Personalidad, ahora se trata de un ensayo valioso de los que empiezan con desórdenes del sueño y la alimentación, insomnio, falta de apetito, el autor recuerda a Dostoieski "si Dios no existiese, todo estaría permitido" puesto que éstos los psicópatas son la expresión palmaria del MAL.

Hace tiempo que tenía intención de escribir en psicología profunda y espiritualidad algunas líneas acerca de las relaciones amorosas con personas con un Trastorno Narcisista de la Personalidad (TNP) o con "psicópatas adaptados", personalidad psicopática o Trastorno antisocial de la Personalidad (TAP). Dado que se trata de un texto divulgativo, escrito en este blog dedicado a la psicología y espiritualidad, y en modo alguno de un artículo científico -que tengo intención de escribir en algún momento-, debe tenerse por tanto en cuenta que es un ensayo con algunas indicaciones que pueden ser útiles especialmente para quienes estén sufriendo o hayan sufrido una relación con una persona con un TNP o TAP.

Me resulta cada vez más inquietante el número de pacientes que llegan a mi consulta por daños emocionales debidos a una relación con un/a narcisista perverso/a (denominación del TNP por los psicoanalistas franceses). Las consecuencias son, en algunos casos, realmente devastadoras. No es infrecuente que padezcan un Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) con desórdenes del sueño y de la alimentación (insomnio, falta de apetito y/o desregulación alimentaria) durante y después de la relación. Y vienen a mi memoria las palabras de Dostoievski  "si Dios no existiese, todo estaría permitido" pues, en mi opinión, muchas de estas personas son la expresión palmaria del Mal, entendido como el alejamiento del hombre de su esencia divina y la carencia del Eros como soporte del amor, tanto en hombres como en mujeres. Aunque esto requeriría una reflexión aparte.  

Después de haber observado el comportamiento de varios/as narcisistas, y de haber padecido el de otros tantos, he podido identificar una pauta de acción común a todos ellos. Por cierto que coincide con las investigaciones de diversos especialistas en este tipo de trastornos (y especialmente en las víctimas de las personas que padecen TNP). El esquema de la pauta de acción puede resumirse del siguiente modo:

1. Expresión de pseudoamor incondicional (bombardeo de amor, lo denominan los expertos americanos) y creación de ilusión de alma gemela. Lo primero que suele realizar una persona con TNP cuando quiere ganarse a una víctima para obtener de ella un beneficio (dado que son incapaces de amar, por una herida provocada en la infancia) es expresarle cuánto la quiere, que ella es la persona que estaba buscando toda su vida, etc. Incluso estudiará qué es aquello que colma a la pareja (sea esta hombre o mujer) y tratará de imitarlo creando una sensación de "alma gemela": qué tipo de ropa le gusta, qué gel o champú de baño utiliza, qué comida le gusta, etc., y tratará de adoptarla como suya propia. Esta actitud camaleónica le permite camuflarse perfectamente. El sexo con un/a narcisista suele ser extraordinariamente satisfactorio y, en muchas ocasiones, se convierte en adictivo, como una droga. Esa capacidad camaleónica le permite al narcisista convertirse en el "amante perfecto", y en ello radica uno de los escollos más difíciles de superar por la víctima. Por si fuera poco, las personas con TNP tienen una capacidad increíble de pre-cognición o de "lectura de la mente". No nos referimos aquí a las clásicas sincronicidades y sincronías que se producen cuando dos personas están enamoradas y todo parece girar alrededor de esa relación. Esto sucede siempre que se constela el arquetipo anima/animus. Se trata de algo diferente, que resulta intrigante: saben de antemano qué es lo que valora la otra persona por encima de todo y aquello que le resulta más doloroso, incluso en la primera cita. Esta capacidad de mostrar "la sombra" del amante en los momentos más inoportunos tiene dos posibles consecuencias: a) la persona se siente herida y dañada por los constantes ataques que el/la narcisista realiza allí donde ella es más vulnerable, lo que provoca una terrible merma de la autoestima e incluso una desorientación sobre la vocación personal; b) la persona es capaz de comprenderse mejor y de asimilar e integrar en la consciencia los aspectos personales de la sombra (lo inconsciente biográfico, personal o individual), provocando una maduración y una transformación. Esto último después de atravesar un auténtico descenso a los infiernos.  

2. Ataque a la percepción/emoción (Gaslighting). En esta etapa, cuando el/la narcisista está segura de que "ha atrapado" a su víctima en "una tela de araña de ilusiones" muy hábilmente tejida, entonces, de pronto, se alejan y se convierten en las personas más frías. Un maltrato emocional en toda regla, dentro del infierno emocional al que hace atravesar a sus víctimas. Introducen confusión y desorientación perceptiva y emocional en la pareja mediante manipulación, mentiras, medias verdades... Todo ello con la intención de que la persona dude de sí misma y de sus percepciones e intuiciones. De pronto, muestran una frialdad extrema (cold shoulder) en mitad de un período de bombardeo amoroso (love bombing). La triangulación es un modo de actuar clásico del narcisista. Ningún narcisista rompe del todo sus relaciones con ex-parejas. Esto es especialmente importante, para identificarlos. Cada ex-pareja le aporta al narcisista un beneficio: sexual, material, terapéutico, etc. En este sentido, la promiscuidad es también un rasgo bastante característico del narcisista, pudiendo mantener relaciones sexuales en triangulación sin que esto les provoque el más mínimo conflicto interno. ¡Mucho cuidado con esto, porque el narcisista no suele utilizar medios de protección, como condones o preservativos! Todas estas estrategias conducen a que la víctima dude de sí misma, de sus propias percepciones, de sus intuiciones, incluso de su vocación. El único modo de combatir adecuadamente esta situación es que la persona cree un puente firme con su propio mundo interior. 

martes, 28 de marzo de 2017

una y otra vez, los psicólogos están de acuerdo, su falta de empatía y de remordimiento, su falicidad de palabra, su narcisismo,, la mentira patólica, la manipulación, la superficialidad de sus afectos. todo es uniforme y lo peor que la prisión no los rehabilita. encontremos juntos al psicópata que le hizo tanto daño a mi familia en Gotemburgo.

«Yo estaba nervioso y sabía que en seguida la iba a estrangular. Tenía una ligera erección, mi miembro estaba un poco duro. Me había bajado el pantalón hasta las rodillas. Ella tenía un condón y me lo puso sobre mi miembro. Me arrodillé sobre ella como siempre. Estaba sentado bastante cerca de su cuello. Ella metió mi miembro en su boca, entonces no podía mover mucho la cabeza porque se lo impedía mi pantalón, que estaba bajado. Entonces revolví con mis manos su pelo rubio. Le dije que tenía un pelo bonito y suave. Ella no respondió nada, parecía que no había entendido nada. Entonces saqué mi miembro de su boca, puse mis manos sobre su cuello y apreté fuerte».

Seis meses después de hacer esta confesión, en julio de 2007, Volker Eckert se suicidó. El camionero alemán que relató el asesinato de seis mujeres, el primero cometido a los quince años, ha sido uno de los casos estudiados en el curso «Psicópatas: Cómo son, Acción Policial y Respuesta Jurídica», organizado por el Instituto de Ciencias Forenses y Seguridad (ICFS) y celebrado en la Universidad Autónoma de Madrid.


«Los psicópatas se recrean tanto en los detalles que no los olvidan nunca», reconoce Carlos Segarra, subinspector de la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta de la Comisaría General de la Policía Judicial. Pero, ¿era un psicópata? Una respuesta afirmativa parece encajar con el imaginario colectivo: a todas las mujeres las mató de igual forma, guardaba trofeos, disfrutaba con la violencia, se recreaba en los detalles. Pero la pregunta se plantea porque Eckert, una vez detenido, confesó con todo lujo de detalles y poco después se suicidó, pero los psicópatas no se arrepienten de sus actos. Uno de sus rasgos definitorios es que no tienen remordimientos.

No siempre es fácil identificar un psicópata. Ni siquiera tener rasgos psicopáticos implica acabar delinquiendo. De hecho, se calcula que entre el 1,4 y el 3,4 por ciento de la población tiene estos rasgos en diferente grado, pero entre la población carcelaria solo suponen un 16-24 por ciento de los reclusos. Según los cálculos de los expertos, tres cuartas partes de los psicópatas viven en la sociedad.

«Son gente con cara normal», resume Manuel de Juan Espinosa, catedrático de Psicología de la UAM y director del ICFS. Entre los psicópatas primarios, según la definición clásica, sus rasgos se basan en la falta de empatía y remordimientos, pero también la facilidad de palabra, el narcisismo, la mentira patológica, la manipulación, los afectos superficiales o la incapacidad para aceptar la responsabilidad de sus actos. Eso sí, «son las personas que querrían tener al lado en una situación de peligro: son capaces de tomar decisiones cuando ustedes están helados de miedo», explica. En los psicópatas secundarios los rasgos cambian. Necesitan estímulos fuertes, se aburren con facilidad, son más impulsivos, irresponsables y tienen un pobre autocontrol, entre otros rasgos.

La prisión no los rehabilita. Al tercer año de libertad, entre el 70-80 por ciento de ellos ha reincidido. A los cinco años, el 90 por ciento. Hay incluso estudios que aseguran que los psicópatas primarios que son tratados psicológicamente reinciden más que los que no.
Segunda parte de un interesante artículo sobre un sicópata asesino.
la nota está en ABC de la fecha. a continuación publicamos la primera parte de esta nota.

Sin miedo al castigo

En parte, esto se debe a que no sienten miedo ante el castigo y, sin ello, es mucho más complicado formar una conciencia que impida que delincan o que les provoque remordimientos después de actuar. «Su sensación interna de impunidad es brutal», reconoce Manuel de Juan. Un problema de base biológica que sin embargo no implica que no puedan aprender.

Algo parecido ocurre con su falta de empatía. En diferentes estudios se comprobó que no la sentían hacia los demás, pero sí hacia sí mismos. Al final, los expertos han comprobado que que son capaces de sentir pero no quieren. Tanto es así que es más fácil «crear un psicópata» a través de la despersonalización (un proceso que llevan a cabo los grupos terroristas con sus miembros), que lograr el proceso inverso de una psicopatía hacia la normalidad.

La falta de miedo y de empatía, sin embargo, no les impide distinguir qué está bien y qué está mal. Racionalmente son capaces de distinguir perfectamente entre ambas y del daño que causan. «Saben lo que están haciendo, pero con demasiada frecuencia tendemos a quitarles responsabilidad», dice el director del ICFS. Una consideración crucial a la hora de juzgar sus actos: por ello, en la mayoría de los tribunales está arraigada la premisa de que la psicopatía no merma la culpabilidad.

Si actúan con mayor o menor frecuencia depende de si sienten colmados sus deseos o si se sienten perseguidos. Eckert mató a su primera víctima a los 15 años. El siguiente asesinato que confesó se produjo más de 20 años después. Para el alemán, el remordimiento llegó cuando vió que estaba acabado. «No creo que los psicópatas tengan que mostrar todos los rasgos de libro, no hay verdades absolutas», opina Segarra. Aunque este es un caso claro, en la práctica hay muchas ocasiones en las que los expertos se quedan con la duda. ¿Es un psicópata?