El autor de los atentados de Noruega, el fundamentalista cristiano y ultraderechista Anders Behring Breivik, telefoneó a la policía trasasesinar a decenas de jóvenes en la isla de Utoya para comunicar su disposición a entregarse, informó hoy el diario local «VG».
«Breivik. Comandante. Integrado en el movimiento de resistencia anticomunista contra la islamización. La operación ha sido completada, quiero entregarme a Delta», dijo en apenas tres segundos Breivik en una llamada a la comisaría de distrito de Buskerud Sur.
El agente que recibió el mensaje telefónico intentó devolver la llamada a Breivik en el acto, ya que coincidió con las decenas peticiones de auxilio de sus víctimas en la isla, pero éste ya no contestó, según el rotativo noruego.
Sin embargo, entre los objetos que las fuerzas de seguridad se han incautado en el campamento juvenil de Utoya, donde murieron 69 personas, no aparece el momento el teléfono móvil de Breivik, según las primeras investigaciones.
Los equipos de los servicios de inteligencia noruegos trabajan aún en la isla, en busca de nuevas evidencias que aporten más datos sobre lamasacre del pasado 22 de julio.
Los investigadores consideran, por ésta y otras acciones, que el agresor quería salir con vida del doble atentado, algo que encaja, a su juicio, con el interés de Breivik por difundir su ideología fundamentalista cristiana, ultraderechista e islamófoba.
Mientras tanto, el presunto autor del doble atentado permanece completamente aislado, vigilado 24 horas al día para evitar que intente suicidarse y entre fuerzas medidas de seguridad para que no sea atacado por otros prisioneros.
El pasado 22 de julio, Breivik hizo explotar un potente coche bomba en el barrio gubernamental de Oslo -matando a ocho personas- y luego irrumpió en un campamento de las juventudes socialdemócratas y tiroteó a la multitud durante casi una hora, asesinando a 69 participantes, en su mayoría jóvenes y adolescentes.
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