Contradicciones a granel son las que desenmascaró el caso del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, a quien Ecuador le concedió asilo diplomático en su Embajada de Londres, pero Gran Bretaña le niega el salvoconducto. Partidarios de Assange, entre ellos el presidente ecuatoriano Rafael Correa, favorecen su asilo, argumentando que se trata de un complot internacional con nexos en la libertad de expresión.
La confabulación estaría orquestada por EEUU en represalia por ventilar sus secretos de Estado, en complicidad con la justicia sueca que habría inventado delitos sexuales y por el Supremo Tribunal británico que acordó extraditar a Assange a Suecia, desde donde sería enviado a EEUU, para que se le condene a pena de muerte por traición. Aunque muchos políticos estadounidenses sienten el deber legal de encausar a Assange, el argumento original de la pena de muerte contra un extranjero bajo la Ley de Espionaje es irreal. Primero, porque los acuerdos entre la UE y EEUU no permitirían la extradición bajo esa figura y, segundo, si fuera viable, lo más seguro es que los jueces, en interpretación de la Primera Enmienda, favorecerían el derecho a la libertad de expresión por sobre violaciones a la seguridad nacional.
Otra contradicción involucra a personajes y directores de Hollywood, como Oliver Stone, Michael Moore y Danny Clover, quienes creen que Assange es víctima de represalias por su trabajo en WikiLeaks. Estos amigos de la libertad de expresión, paradójicamente defensores de Hugo Chávez y Fidel Castro, son los mismos que condenaron a Rupert Murdoch, cuando se descubrió que su periódico londinense, News of the World, publicaba noticias de políticos y celebridades después de obtenerlas clandestinamente, práctica similar a la usada por WikiLeaks.
Y muchos de ellos también pidieron por la cabeza de Dominique Strauss-Khan, exdirector del FMI, procesado por violación sexual. Sin embargo, la mayor contradicción pertenece a quien se elevó como protagonista eventual de esta historia, el Presidente ecuatoriano, desde que Assange decidió refugiarse en su Embajada el 19 de junio. El caso le vino como anillo al dedo a Correa, deseoso de instalarse como juez moral supremo para denunciar los atropellos de potencias imperiales y colonialistas, y para lavar su mala imagen internacional forjada por su persecución contra la libertad de prensa, medios y periodistas. Difícilmente lo consiga. Todavía se recuerda su manipulación de la justicia para perseguir a directivos y columnistas de El Universo y la demanda que entabló contra los autores del libro El Gran Hermano, por la divulgación de información sobre negociados secretos entre él y su hermano. Es curioso que ayer denostara esa práctica subrepticia de conseguir información —que le llevó a incluir severas penas en la futura Ley de Comunicación— a la que convirtió en uno de sus argumentos para defender a Assange y WikiLeaks.
Lo de Gran Bretaña también es incongruente. Su amenaza de violar la independencia y soberanía ecuatoriana para atrapar a Assange, viola los principios diplomáticos establecidos en la Convención de Viena, por más que argumente que no quiere crear un antecedente para que se busque impunidad en una embajada. EEUU tampoco es ajeno a cualquier ecuación. Los ataques cibernéticos en contra de WikiLeaks y la presión ejercida contra empresas tecnológicas y de tarjetas de crédito forzadas a boicotear las finanzas del sitio y de Assange, muestran que hay otras formas de “hacer justicia”. Ahora que la amenaza de Gran Bretaña contra la Embajada de Ecuador se disipó, que el Departamento de Estado dijo que no persigue a Assange y que la OEA, Unasur y Alba piden el diálogo para que se zanjen las diferencias, le queda a Assange asumir responsabilidades para no contradecir su reclamo por más justicia y transparencia en el mundo.
Suecia lidera las clasificaciones mundiales en materia de seguridad jurídica, libertad de prensa y transparencia, garantías que Assange tiene para comparecer ante los tribunales por las acusaciones de Anna Ardin y Sofia Wilen, en realidad, las más desamparadas en esta historia..
Fuente: eju.tv - Caso Assange y las contradicciones
http://eju.tv/?p=229311
Existe el crimen perfecto? No, el criminal siempre deja alguna huella. Impedir la transferencia de material entre el criminal y la víctima o en el lugar de los hechos es imposible. Nuestra labor es encontrarlo. Jorge Gonzáles. Médico forense del caso actual.
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martes, 28 de agosto de 2012
Según periodista boliviano Bleischner Assange si "sale de su guarida" tendrá ocasión de huzmear en los "secretos de América Latina" y luego publicarlos como acostumbra.
La Organización de Estados Americanos concedió su voto favorable a Ecuador en el caso de protección a Julian Assange, el fundador de Wikileaks. Ya que los miembros de la OEA y UNASUR amparan la noble acción de dejar ver información confidencial al público, es de suponer que colaborarán con las pesquisas que pueda hacer Assange en su nuevo entorno si consigue salir de su guarida.
Si logra asilarse en Ecuador va a tener la suerte de interiorizarse de los acontecimientos en la región, lo cual le abre una ventana de oportunidades para revelar lo que sucede en esa controvertida parte del mundo. Al fin y al cabo, según él y sus defensores, su misión es desvelar los secretos de corrupción, violaciones a los derechos humanos, contravenciones a la democracia y cosas por el estilo.
Assange podría empezar por la Argentina, investigando el origen de las fortunas de Cristina Kirchner y las viejas de Plaza de Mayo, sin olvidar las de sus ministros y los gobernadores peronistas. Dándole un ansiado toque novelístico, podría anunciar de una vez por todas quiénes son los genuinos amantes de la presidenta. Subiendo en el mapa, debería poner énfasis en la libertad de prensa y de expresión en Bolivia. En ese país se prohibió pronunciar los adjetivos del idioma español pues el gobierno los considera ofensivos. Probablemente editaran un nuevo diccionario de 200 palabras que es el vocabulario que utilizan los gobernantes.
Debido a que se intenta retornar a la cultura del incario, queda en cuestionamiento si se puede usar el cariñoso saludo de la época: “No seas ocioso, mentiroso, ni ladrón”. En Ecuador, donde se respira un aire ecológico superior al de Suecia, Assange puede analizar las actividades de la estatal Petroecuador que es responsable de más de 1.000 derrames de petróleo que destruyeron el medio ambiente y el hábitat de los indígenas. Afortunadamente Galápagos queda lejos de los izquierdistas ecuatorianos. En los socializados países sudamericanos, Assange podría indagar acerca del acceso popular a las telecomunicaciones, a las que les debe tanto, si le alcanza el ancho de banda y el bolsillo, pues sus gobiernos tienen el monopolio del sistema y se esmeran en dar el peor y más caro servicio como una manera de restringir la divulgación y lectura de noticias. En Venezuela, el hacker podría ayudar a conocer los vínculos íntimos que unen a Irán con el régimen bolivariano y mostrar qué actividades realiza Hizbolah en América Latina. En Chile podría indicar hasta donde llegan los nexos entre Hamas y la comunidad palestina chilena y qué objetivos contenplan.
En Perú podríamos descubrir si finalmente Ollanta Humala es nazi, comunista o simplemente oportunista. Veríamos cuáles son los negocios que propuso a la empresa privada y quiénes están de socios. De Brasil podría contarnos cuáles son los vínculos de la mafia con la policía y la clase gobernante, si es que los hay. Tal vez nos pueda ilustrar acerca de a cuánto asciende la fortuna personal de Lula da Silva. El tráfico de drogas y armas, y los lazos de los gobiernos latinoamericanos con los cárteles y los terroristas musulmanes son temas para que Julian Assange pueda explayarse vendiendo información en vez de regalándola. Por fin solucionaría sus problemas económicos y hasta podría conseguir un sobreseimiento de su causa en Europa.
Latinoamérica le brinda a Assange la oportunidad de llegar a ser lo más grande a que ambicionó jamás, haciendo que por fin se conozcan los secretos estatales, la vida personal de los gobernantes, los fraudes electorales, los desfalcos al estado, los famosos negociados, el enriquecimiento ilícito, la obstrucción de la justicia, la persecución política y todo aquello en lo que Wikileaks tiene experiencia. Ecuador y sus socios de UNASUR deben recibirlo con los brazos abiertos. Brindarle acceso a todos sus documentos y servicios de información, más conseguirle todos los instrumentos cibernéticos para que haga su mejor trabajo. Tengo que pedirle disculpas al presidente Rafael Correa y la OEA por haber dudado de su integridad. Por fin puedo captar la magnitud y el esfuerzo que están haciendo por irradiar la verdad política y que el mundo diluya sus maliciosos prejuicios acerca de los democráticos gobernantes socialistas latinoamericanos..
Fuente: eju.tv - Sugerencias de investigación para Julian Assange en Latinoamérica
http://eju.tv/?p=229167
Si logra asilarse en Ecuador va a tener la suerte de interiorizarse de los acontecimientos en la región, lo cual le abre una ventana de oportunidades para revelar lo que sucede en esa controvertida parte del mundo. Al fin y al cabo, según él y sus defensores, su misión es desvelar los secretos de corrupción, violaciones a los derechos humanos, contravenciones a la democracia y cosas por el estilo.
Assange podría empezar por la Argentina, investigando el origen de las fortunas de Cristina Kirchner y las viejas de Plaza de Mayo, sin olvidar las de sus ministros y los gobernadores peronistas. Dándole un ansiado toque novelístico, podría anunciar de una vez por todas quiénes son los genuinos amantes de la presidenta. Subiendo en el mapa, debería poner énfasis en la libertad de prensa y de expresión en Bolivia. En ese país se prohibió pronunciar los adjetivos del idioma español pues el gobierno los considera ofensivos. Probablemente editaran un nuevo diccionario de 200 palabras que es el vocabulario que utilizan los gobernantes.
Debido a que se intenta retornar a la cultura del incario, queda en cuestionamiento si se puede usar el cariñoso saludo de la época: “No seas ocioso, mentiroso, ni ladrón”. En Ecuador, donde se respira un aire ecológico superior al de Suecia, Assange puede analizar las actividades de la estatal Petroecuador que es responsable de más de 1.000 derrames de petróleo que destruyeron el medio ambiente y el hábitat de los indígenas. Afortunadamente Galápagos queda lejos de los izquierdistas ecuatorianos. En los socializados países sudamericanos, Assange podría indagar acerca del acceso popular a las telecomunicaciones, a las que les debe tanto, si le alcanza el ancho de banda y el bolsillo, pues sus gobiernos tienen el monopolio del sistema y se esmeran en dar el peor y más caro servicio como una manera de restringir la divulgación y lectura de noticias. En Venezuela, el hacker podría ayudar a conocer los vínculos íntimos que unen a Irán con el régimen bolivariano y mostrar qué actividades realiza Hizbolah en América Latina. En Chile podría indicar hasta donde llegan los nexos entre Hamas y la comunidad palestina chilena y qué objetivos contenplan.
En Perú podríamos descubrir si finalmente Ollanta Humala es nazi, comunista o simplemente oportunista. Veríamos cuáles son los negocios que propuso a la empresa privada y quiénes están de socios. De Brasil podría contarnos cuáles son los vínculos de la mafia con la policía y la clase gobernante, si es que los hay. Tal vez nos pueda ilustrar acerca de a cuánto asciende la fortuna personal de Lula da Silva. El tráfico de drogas y armas, y los lazos de los gobiernos latinoamericanos con los cárteles y los terroristas musulmanes son temas para que Julian Assange pueda explayarse vendiendo información en vez de regalándola. Por fin solucionaría sus problemas económicos y hasta podría conseguir un sobreseimiento de su causa en Europa.
Latinoamérica le brinda a Assange la oportunidad de llegar a ser lo más grande a que ambicionó jamás, haciendo que por fin se conozcan los secretos estatales, la vida personal de los gobernantes, los fraudes electorales, los desfalcos al estado, los famosos negociados, el enriquecimiento ilícito, la obstrucción de la justicia, la persecución política y todo aquello en lo que Wikileaks tiene experiencia. Ecuador y sus socios de UNASUR deben recibirlo con los brazos abiertos. Brindarle acceso a todos sus documentos y servicios de información, más conseguirle todos los instrumentos cibernéticos para que haga su mejor trabajo. Tengo que pedirle disculpas al presidente Rafael Correa y la OEA por haber dudado de su integridad. Por fin puedo captar la magnitud y el esfuerzo que están haciendo por irradiar la verdad política y que el mundo diluya sus maliciosos prejuicios acerca de los democráticos gobernantes socialistas latinoamericanos..
Fuente: eju.tv - Sugerencias de investigación para Julian Assange en Latinoamérica
http://eju.tv/?p=229167
domingo, 26 de agosto de 2012
Vargas Llosa pulveriza la insípida conducta de Assange llamándolo "un vivillo oportunista que montó una operación escandalosa que le dió fama". no se equivoca el premio Nobel ya que Assange ha montado oficinas especialmente en Escandinavia con mercenarios a sueldo para defender "su imagen y sus fines"
En el cubículo de la embajada del Ecuador en Londres, donde está refugiado, Julian Assange, el fundador de WikiLeaks, tendrá ahora tiempo de sobra para reflexionar sobre la extraordinaria historia de su vida, que comenzó como oscuro ladronzuelo de la intimidad ajena (es lo que hace un hacker informático, aunque el anglicismo trate de inocular dignidad a ese innoble oficio) en el país de los canguros y ha terminado convirtiéndolo en un icono contemporáneo, tan famoso como los futbolistas o roqueros más de moda, para muchos en un héroe de la libertad de expresión y en el centro de un conflicto diplomático internacional.
Existe tal maraña de confusiones y mentiras respecto al personaje, creada por él mismo y por sus partidarios, y propulsada por el periodismo ávido de escándalo, que hay millones de personas en el mundo convencidas de que el desgarbado australiano de pelos blanco amarillos que compareció hace unos días en el balcón de la embajada ecuatoriana del barrio preferido por los jeques árabes en Londres —Knightsbridge— para dar lecciones sobre la libertad de expresión al presidente Obama, es un perseguido político de los Estados Unidos al que ha salvado in extremis nada menos que el presidente Rafael Correa del Ecuador, es decir, el gobierno que, después de los de Cuba y Venezuela, ha perpetrado los peores atropellos contra la prensa en América Latina, cerrando emisoras, periódicos, arrastrando a tribunales serviles a periodistas y diarios que se atrevieron a denunciar los tráficos y la corrupción de su régimen, y presentando una ley mordaza que prácticamente sellaría la desaparición del periodismo independiente en el país.
En este caso sí que vale el viejo refrán: “Dime con quién andas y te diré quién eres”. Porque el presidente Correa y Julian Assange son tal para cual. En realidad, el fundador de WikiLeaks no es objeto en estos momentos siquiera de una investigación judicial en los Estados Unidos ni este país ha hecho pedido alguno reclamándolo a nadie para enfrentarlo a un tribunal. El supuesto riesgo de que, si es entregado a la justicia sueca, el gobierno de Suecia pueda enviarlo a Estados Unidos es, por ahora, una presunción desprovista de todo fundamento y no tiene otro objeto que rodear al personaje de un aura de mártir de la libertad que ciertamente no se merece. La justicia sueca no lo reclama por sus hazañas —mejor dicho, infidencias— informáticas, sino por las acusaciones de violación y acoso sexual formuladas contra él por dos ciudadanas de ese país. Así lo ha entendido la Corte Suprema de Gran Bretaña y por eso decidió transferirlo a Suecia, cuyo sistema judicial, por lo demás, es, al igual que el británico, uno de los más independientes y confiables del mundo.
De manera que el señor Assange no es en la actualidad una víctima de la libertad de expresión, sino un prófugo que utiliza ese pretexto para no tener que responder a las acusaciones que pesan sobre él como presunto delincuente sexual. La popularidad de que goza se debe a los cientos de miles de documentos privados y confidenciales de distintas reparticiones del gobierno de los Estados Unidos —empezando por la diplomacia y terminando por las Fuerzas Armadas—, obtenidos mediante el robo y la piratería, que WikiLeaks difundió, presentándolos como una proeza de la libertad de expresión que sacaba a la luz intrigas, conspiraciones y conductas reñidas con la legalidad. ¿Fue realmente así? ¿Contribuyeron las delaciones de WikiLeaks a airear unos fondos delictivos y criminales de la vida política estadounidense? Así lo afirman quienes odian a Estados Unidos, “el enemigo de la humanidad”, y no se consuelan todavía de que la democracia liberal, del que ese país es el principal valedor, ganara la Guerra Fría y no fueran más bien el comunismo soviético o el maoísta los triunfadores. Pero, creo que cualquier evaluación serena y objetiva de la oceánica información que WikiLeaks difundió, mostró, aparte de una chismografía menuda, burocrática e insustancial, abundante material que justificadamente debe mantenerse dentro de una reserva confidencial, como el que afecta a la vida diplomática y a la defensa, para que un Estado pueda funcionar y mantener las relaciones debidas con sus aliados, con los países neutros, y sobre todo con sus manifiestos o potenciales adversarios. Nosotros nunca sabremos la manera cómo las revelaciones de WikiLeaks sirvieron para que se deshicieran las redes de información laboriosa y peligrosamente montadas por los países democráticos en las satrapías que amparan el terrorismo internacional de Al Queda y congéneres, ni cuántos agentes e informantes de los servicios de inteligencia del Occidente fueron detectados y posiblemente eliminados por efecto de esas publicaciones, pero no hay duda de que esa fue una de las siniestras consecuencias de aquella celebrada operación de desembalse informativo. ¿No es curioso que WikiLeaks privilegiara de tal modo revelar los documentos confidenciales de los países libres, donde existe, además de la libertad de prensa, una legalidad digna de ese nombre, en vez de hacerlo con las dictaduras y gobiernos despóticos que proliferan todavía por el mundo?
Es más fácil ganar credenciales de luchador por la libertad ejercitando la infidencia, el contrabando y la piratería informática en sociedades abiertas, al amparo de una legalidad siempre reticente a sancionar los delitos de prensa para no dar la sensación de restringir o poner obstáculo a esa libertad de crítica que es, efectivamente, sustento esencial de la democracia, que infiltrándose en los secretos de los gobiernos totalitarios. Los partidarios de WikiLeaks deberían recordar que la otra cara de la libertad es la legalidad y que, sin ésta, aquella desaparece a la corta o a la larga. La libertad no es ni puede ser la anarquía y el derecho a la información no puede significar que en un país desaparezcan lo privado y la confidencialidad y todas las actividades de una administración deban ser inmediatamente públicas y transparentes. Eso significaría pura y simplemente la parálisis o la anarquía y ningún gobierno podría, en semejante contexto, cumplir con sus deberes ni sobrevivir. La libertad de expresión se complementa, en una sociedad libre, con los tribunales de justicia, los parlamentos, los partidos políticos de oposición y esos son los canales adecuados a los que se puede y debe recurrir si hay indicios de que un gobierno oculta o disimula delictuosamente sus iniciativas y quehaceres. Pero atribuirse ese derecho y proceder manu militari a dinamitar la legalidad en nombre de la libertad es desnaturalizar este concepto y degradarlo de manera irresponsable, convirtiéndolo en libertinaje.
Eso es lo que ha hecho WikiLeaks y, lo peor, creo, no en razón de ciertos principios o convicciones ideológicas, sino empujado por la frivolidad y el esnobismo, vectores dominantes de la civilización del espectáculo en que vivimos. El señor Julian Assange no ha practicado en la institución que fundó la transparencia y la limpieza totales que exige de las sociedades abiertas contra las que se ha encarnizado. Las defecciones que ha experimentado WikiLeaks se deben, fundamentalmente, a su resistencia a dar cuenta a sus colaboradores de los varios millones de dólares que ha recibido como donaciones, según leo en un artículo firmado por John F. Burns, en el Internacional Herald Tribune del 18/19 de agosto. Es un buen indicio de lo complicadas y sutiles que pueden ser las cosas cuando se observan de cerca y no a partir de lugares comunes, estereotipos y clisés.
En las actuales circunstancias no hay razón alguna para considerar a Julian Assange un cruzado de la libertad de expresión, sino más bien un vivillo oportunista que, gracias a su buen olfato, sentido de la oportunidad y habilidades informáticas, montó una operación escandalosa que le dio fama internacional y la falsa sensación de que era todopoderoso, invulnerable y podía permitirse todos los excesos. Se equivocó y ahora es víctima de estos últimos. En verdad, su peripecia parece haber entrado en un callejón sin salida, y no es imposible que, una vez que pase la ventolera que hizo de él una persona famosa, se le recuerde sobre todo por la involuntaria ayuda que ha prestado, creyendo actuar a favor de la libertad, a sus enemigos más acérrimos..
Fuente: eju.tv - Julian Assange en el balcón
http://eju.tv/?p=228941
Existe tal maraña de confusiones y mentiras respecto al personaje, creada por él mismo y por sus partidarios, y propulsada por el periodismo ávido de escándalo, que hay millones de personas en el mundo convencidas de que el desgarbado australiano de pelos blanco amarillos que compareció hace unos días en el balcón de la embajada ecuatoriana del barrio preferido por los jeques árabes en Londres —Knightsbridge— para dar lecciones sobre la libertad de expresión al presidente Obama, es un perseguido político de los Estados Unidos al que ha salvado in extremis nada menos que el presidente Rafael Correa del Ecuador, es decir, el gobierno que, después de los de Cuba y Venezuela, ha perpetrado los peores atropellos contra la prensa en América Latina, cerrando emisoras, periódicos, arrastrando a tribunales serviles a periodistas y diarios que se atrevieron a denunciar los tráficos y la corrupción de su régimen, y presentando una ley mordaza que prácticamente sellaría la desaparición del periodismo independiente en el país.
En este caso sí que vale el viejo refrán: “Dime con quién andas y te diré quién eres”. Porque el presidente Correa y Julian Assange son tal para cual. En realidad, el fundador de WikiLeaks no es objeto en estos momentos siquiera de una investigación judicial en los Estados Unidos ni este país ha hecho pedido alguno reclamándolo a nadie para enfrentarlo a un tribunal. El supuesto riesgo de que, si es entregado a la justicia sueca, el gobierno de Suecia pueda enviarlo a Estados Unidos es, por ahora, una presunción desprovista de todo fundamento y no tiene otro objeto que rodear al personaje de un aura de mártir de la libertad que ciertamente no se merece. La justicia sueca no lo reclama por sus hazañas —mejor dicho, infidencias— informáticas, sino por las acusaciones de violación y acoso sexual formuladas contra él por dos ciudadanas de ese país. Así lo ha entendido la Corte Suprema de Gran Bretaña y por eso decidió transferirlo a Suecia, cuyo sistema judicial, por lo demás, es, al igual que el británico, uno de los más independientes y confiables del mundo.
De manera que el señor Assange no es en la actualidad una víctima de la libertad de expresión, sino un prófugo que utiliza ese pretexto para no tener que responder a las acusaciones que pesan sobre él como presunto delincuente sexual. La popularidad de que goza se debe a los cientos de miles de documentos privados y confidenciales de distintas reparticiones del gobierno de los Estados Unidos —empezando por la diplomacia y terminando por las Fuerzas Armadas—, obtenidos mediante el robo y la piratería, que WikiLeaks difundió, presentándolos como una proeza de la libertad de expresión que sacaba a la luz intrigas, conspiraciones y conductas reñidas con la legalidad. ¿Fue realmente así? ¿Contribuyeron las delaciones de WikiLeaks a airear unos fondos delictivos y criminales de la vida política estadounidense? Así lo afirman quienes odian a Estados Unidos, “el enemigo de la humanidad”, y no se consuelan todavía de que la democracia liberal, del que ese país es el principal valedor, ganara la Guerra Fría y no fueran más bien el comunismo soviético o el maoísta los triunfadores. Pero, creo que cualquier evaluación serena y objetiva de la oceánica información que WikiLeaks difundió, mostró, aparte de una chismografía menuda, burocrática e insustancial, abundante material que justificadamente debe mantenerse dentro de una reserva confidencial, como el que afecta a la vida diplomática y a la defensa, para que un Estado pueda funcionar y mantener las relaciones debidas con sus aliados, con los países neutros, y sobre todo con sus manifiestos o potenciales adversarios. Nosotros nunca sabremos la manera cómo las revelaciones de WikiLeaks sirvieron para que se deshicieran las redes de información laboriosa y peligrosamente montadas por los países democráticos en las satrapías que amparan el terrorismo internacional de Al Queda y congéneres, ni cuántos agentes e informantes de los servicios de inteligencia del Occidente fueron detectados y posiblemente eliminados por efecto de esas publicaciones, pero no hay duda de que esa fue una de las siniestras consecuencias de aquella celebrada operación de desembalse informativo. ¿No es curioso que WikiLeaks privilegiara de tal modo revelar los documentos confidenciales de los países libres, donde existe, además de la libertad de prensa, una legalidad digna de ese nombre, en vez de hacerlo con las dictaduras y gobiernos despóticos que proliferan todavía por el mundo?
Es más fácil ganar credenciales de luchador por la libertad ejercitando la infidencia, el contrabando y la piratería informática en sociedades abiertas, al amparo de una legalidad siempre reticente a sancionar los delitos de prensa para no dar la sensación de restringir o poner obstáculo a esa libertad de crítica que es, efectivamente, sustento esencial de la democracia, que infiltrándose en los secretos de los gobiernos totalitarios. Los partidarios de WikiLeaks deberían recordar que la otra cara de la libertad es la legalidad y que, sin ésta, aquella desaparece a la corta o a la larga. La libertad no es ni puede ser la anarquía y el derecho a la información no puede significar que en un país desaparezcan lo privado y la confidencialidad y todas las actividades de una administración deban ser inmediatamente públicas y transparentes. Eso significaría pura y simplemente la parálisis o la anarquía y ningún gobierno podría, en semejante contexto, cumplir con sus deberes ni sobrevivir. La libertad de expresión se complementa, en una sociedad libre, con los tribunales de justicia, los parlamentos, los partidos políticos de oposición y esos son los canales adecuados a los que se puede y debe recurrir si hay indicios de que un gobierno oculta o disimula delictuosamente sus iniciativas y quehaceres. Pero atribuirse ese derecho y proceder manu militari a dinamitar la legalidad en nombre de la libertad es desnaturalizar este concepto y degradarlo de manera irresponsable, convirtiéndolo en libertinaje.
Eso es lo que ha hecho WikiLeaks y, lo peor, creo, no en razón de ciertos principios o convicciones ideológicas, sino empujado por la frivolidad y el esnobismo, vectores dominantes de la civilización del espectáculo en que vivimos. El señor Julian Assange no ha practicado en la institución que fundó la transparencia y la limpieza totales que exige de las sociedades abiertas contra las que se ha encarnizado. Las defecciones que ha experimentado WikiLeaks se deben, fundamentalmente, a su resistencia a dar cuenta a sus colaboradores de los varios millones de dólares que ha recibido como donaciones, según leo en un artículo firmado por John F. Burns, en el Internacional Herald Tribune del 18/19 de agosto. Es un buen indicio de lo complicadas y sutiles que pueden ser las cosas cuando se observan de cerca y no a partir de lugares comunes, estereotipos y clisés.
En las actuales circunstancias no hay razón alguna para considerar a Julian Assange un cruzado de la libertad de expresión, sino más bien un vivillo oportunista que, gracias a su buen olfato, sentido de la oportunidad y habilidades informáticas, montó una operación escandalosa que le dio fama internacional y la falsa sensación de que era todopoderoso, invulnerable y podía permitirse todos los excesos. Se equivocó y ahora es víctima de estos últimos. En verdad, su peripecia parece haber entrado en un callejón sin salida, y no es imposible que, una vez que pase la ventolera que hizo de él una persona famosa, se le recuerde sobre todo por la involuntaria ayuda que ha prestado, creyendo actuar a favor de la libertad, a sus enemigos más acérrimos..
Fuente: eju.tv - Julian Assange en el balcón
http://eju.tv/?p=228941
sábado, 25 de agosto de 2012
Correa dio por superado conflicto con Reino Unido. "Damos por jamás recibida esa amenaza" y conversamos si Suecia garantiza que lo mandará a EEUU o si obtiene el salvoconducto para salir de Londres. el mundo respira aliviado.
El presidente Rafael Correa dio por superado hoy el conflicto diplomático con Gran Bretaña y calificó como un grave error británico haber amenazado con invadir la embajada ecuatoriana en Londres para detener al fundador de WikiLeaks, Julian Assange.
En su programa sabatino Diálogo con el Presidente, Correa dijo que "consideramos este infeliz incidente superado, un error grave de la diplomacia británica, al decir que van a ingresar a nuestra embajada, pero lo consideramos superado".
Destacó que recibió de la cancillería de Gran Bretaña una comunicación, fechada el 23 de agosto, en la que Londres se retracta de lo expresado y en la que asegura que respeta las convenciones internacionales sobre el caso de Assange, refugiado en la embajada ecuatoriana desde junio.
Correa manifestó que "siempre hemos estado abiertos al diálogo, pero aquí se ha hecho historia, se ha hecho respetar nuestro derecho soberano de otorgar asilo a un ciudadano".
"Damos por jamás recibida esa amenaza, de aquí para adelante a buscar una salida consensuada por medio del diálogo al caso del señor Assange", expresó Correa.
Precisó que "esa salida puede ser la garantía de que si Julian Assange va a responder a la justicia sueca no sea extraditado a una tercer país, o en su defecto, si no se quiere dar esa garantía otorgar el salvoconducto para que el señor Assange pueda salir con seguridad de la embajada ecuatoriana en Londres".
El australiano Assange ingresó a la embajada en Londres el 19 de junio para evadir una orden de extradición de la justicia sueca que lo requería para interrogarlo por acusaciones de violación y delitos sexuales.
Ecuador le dio asilo diplomático el 15 de agosto, pero Assange no ha podido salir de la embajada porque Gran Bretaña no le concede un salvoconducto.
En tanto, esta semana en sendas reuniones, la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, la Unión Suramericana de Naciones, y la Organización de Estados Americanos, expresaron respaldo a Ecuador.
Andres Oppenhaimer bien conocido mediático se refiere a Correa y Assange. el primero instrumenta el asilo y el segundo gana espacio para su Wikileaks. Suecia no extraditará al violador a los EEUU
El solo hecho de que Correa diga que le ha concedido asilo a Assange en Ecuador –un país con un sistema de justicia cada vez menos independiente– porque supuestamente no gozaría de suficientes garantías de que recibirá un trato justo en Suecia, un país cuyas instituciones están entre las más sólidas del mundo, es algo digno de risa.
Mientras el presidente populista de Ecuador Rafael Correa intensifica su ofensiva internacional para dar asilo político al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, un conocido periodista ecuatoriano que está pidiendo asilo político en Estados Unidos tiene algunas interesantes perspectivas sobre los motivos que hay detrás de este último show mediático del presidente de su país.
Emilio Palacio, excolumnista estrella del diario ecuatoriano El Universo y autor del libro de próxima aparición titulado "El periodista de los 80 millones", dice que la campaña de Correa a favor de Assange no tiene como propósito único reparar su imagen como el enemigo número uno de la libertad de prensa en Ecuador, sino que también es parte de su ofensiva propagandística para ganar espacios políticos en el campo de la izquierda radical latinoamericana.
Según Palacio, Correa sospecha que el presidente venezolano Hugo Chávez y el líder histórico cubano Fidel Castro morirán pronto, y está tratando de proyectar su propia imagen internacionalmente para convertirse en el nuevo líder del ALBA, el bloque de países actualmente liderado por Venezuela.
Palacio es uno de varios periodistas ecuatorianos que han sido víctimas del ataque sistemático de Correa a la libertad de prensa en Ecuador, según los principales grupos de defensa de la libertad de prensa, incluyendo el Comité de Protección de Periodistas, Human Rights Watch y la Asociación Interamericana de Prensa.
Correa, bajo cuyo Gobierno se han cerrado varios medios y que ha impulsado medidas para limitar a los medios independientes, presentó una demanda por $80 millones y tres años de cárcel contra Palacio y tres directores de El Universo, por una columna en la que Palacio llamó "dictador" al presidente.
Un juez ordenó que los acusados pagaran $40 millones, y Correa luego perdonó a los cuatro. Palacio, sin embargo, está pidiendo asilo político en Estados Unidos porque tiene otro juicio pendiente de un canal de televisión oficialista de Ecuador financiado por Venezuela, y teme por su seguridad si regresa a Ecuador.
En una entrevista, Palacio reiteró su afirmación de que Ecuador es una "dictadura". Agregó que Correa está tratando de aparecer en los titulares para eclipsar su imagen de pupilo de Chávez y Castro. Nunca le gustó haber sido tratado como un líder de segunda línea por Venezuela y Cuba, señaló.
Cuando Correa asumió la presidencia en el 2007, Chávez se refirió a él como "este muchacho". Y Cuba siempre consideró a Correa como un aliado errático, al punto de que Correa visitó la isla cinco veces, pero sólo en una ocasión se le concedió una visita oficial, dice Palacio. Presintiendo que pronto podría haber un vacío del poder en el ALBA, Correa ha aumentado su activismo internacional en los últimos meses, afirmó Palacio.
En abril, Correa acaparó los titulares durante la Cumbre de las Américas de los países latinoamericanos con el presidente Barack Obama, en Cartagena, Colombia, al boicotear el evento. En junio, Correa fue el único líder extranjero que se presentó en la reunión anual de cancilleres de la Organización de Estados Americanos en Cochabamba, Bolivia.
En julio, Correa le pidió al Comité Olímpico que le permitiera desfilar al frente del equipo de su país en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos en Londres, según informó la agencia española de noticias EFE. La petición de Correa fue rechazada por el Comité. Y ahora, Correa pretende acaparar los titulares presentándose como defensor de los oprimidos, al garantizarle asilo a Assange, agregó Palacio.
Mi opinión: Palacio se excedió un poco al calificar a Correa como un "dictador". Por ahora, Correa es un aspirante a dictador, o un presidente narcisista populista que está utilizando demasiadas energías para acaparar poderes absolutos, y demasiado pocas para mejorar las condiciones de vida de los ecuatorianos. Ecuador puede terminar siendo una dictadura como Cuba, pero todavía no lo es.
Pero lo que dicen Palacio y otros no justifica los ataques de Correa contra la prensa. Como bien señaló recientemente Tim Padgett en la revista Time, Obama es atacado a diario por críticos que aseguran –contra toda evidencia– que no nació en Estados Unidos, y sin embargo el presidente de Estados Unidos no se dedica a clausurar Fox News o a demandar a columnistas críticos.
Palacio tiene razón al ver la cruzada de Correa para presentarse como un campeón de la libertad de expresión como una hipocresía. El solo hecho de que Correa diga que le ha concedido asilo a Assange en Ecuador –un país con un sistema de justicia cada vez menos independiente– porque supuestamente no gozaría de suficientes garantías de que recibirá un trato justo en Suecia, un país cuyas instituciones están entre las más sólidas del mundo, es algo digno de risa.
El autor es columnista de The Miami Herald y El Nuevo Herald
jueves, 23 de agosto de 2012
Marcelo Ostria diplomático y escritor recuerda que Assange no calificó ante ACNUR de la ONU como "refugiado político" sigue siendo un delincuente que violó a dos mujeres en Suecia, su actividad de publicista no ha sido tomada en cuenta por Inglaterra
El asilo concedido por el gobierno del Ecuador al australiano Julian Assange, autor de la filtración de miles de comunicaciones reservadas de Estados Unidos, ha llamado la atención mundial. Aunque este no es el caso del senador boliviano opositor, Roger Pinto, asilado en la embajada brasileña en La Paz, hay un parecido: los gobiernos de Bolivia y del Reino Unido, se han negado a otorgar salvoconductos para que los asilados se trasladen a los países asilantes.
Como se sabe, el oficialismo boliviano insiste en que la concesión de asilo al senador Pinto fue “desatinada” y “precipitada”, pues pesan sobre el parlamentario varios juicios. Brasil, según altos funcionarios oficialistas bolivianos, debe revertir la calificación de perseguido político de Roger Pinto, aun a sabiendas de que no pueden esperar que Itamaraty acepte un supuesto equívoco en la evaluación de la solicitud de asilo del senador.
Como coinciden las negativas boliviana y británica a la concesión de los salvoconductos, parecía que a la diplomacia del MAS se le ponía difícil apoyar al Ecuador sin incurrir en una notoria contradicción. Sin embargo, lo hizo, seguramente por lealtad –aunque malentendida– al aliado de la ALBA.
Pero la común negativa a la extensión de los salvoconductos no hace desaparecer claras diferencias: Julian Assange, asilado en la embajada ecuatoriana en Londres, no es un ciudadano británico enjuiciado por el gobierno del Reino Unido por razones políticas. Fue acusado formalmente en Suecia por Anna Ardin y Sofia Wilen, de haber sido violadas por el ahora imputado Assange. Por ello, la justicia sueca pidió a Gran Bretaña la extradición de Assange para someterlo a un juicio, a lo que accedió la justicia británica.
Roger Pinto, senador boliviano, se asiló en la embajada brasileña en La Paz, por persecución judicial con motivación política, lo que fue reconocido por el país asilante; reconocimiento que no puede objetarse, pues Brasil usó de una prerrogativa que le otorga la Convención sobre Asilo de Caracas de 1954.
La mayor diferencia, sin embargo, consiste en que el asilo diplomático sólo es reconocido en América Latina. Ningún país, que no es parte de la convención de Caracas puede ser obligado a lo que no se comprometió formalmente. Este es el caso del Reino Unido y de Suecia que tramitó la extradición de Assange.
Rafael Correa reveló que “El Gobierno ecuatoriano soberanamente decidió otorgarle el asilo, sabiendo que dado el marco jurídico del Reino Unido, ellos tenían potestad de dar el salvoconducto o no (...) sabíamos que no iba a dar ese salvoconducto”. El anticipado reconocimiento de esa “potestad”, muestra la irresponsable acción intentada por el gobierno ecuatoriano.
Baltasar Garzón, abogado de Assange, afirmó que el Reino Unido debe cumplir la Convención del Refugiado (de las Naciones Unidas) y respetar el riesgo que corre una persona víctima de una persecución política (?). Pero olvida que la agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) onU ya aclaró que Julian Assange no califica como refugiado.
Se dice que la conducta de Correa no sólo obedece a su obsesivo sentimiento antiestadounidense –el blanco preferido de sus diatribas es Washington–, sino también a “su deseo de lavar su imagen, después de que varios organismos internacionales, entre ellos el Comité para la Protección de Periodistas, lo acusaran de limitar la libertad de prensa en su país”.
Mientras tanto se habla de diálogo, que puede ser de sordos...
Baltasar Garzón, abogado de Assange, afirmó que el Reino Unido debe cumplir la Convención del Refugiado (de las Naciones Unidas) y respetar el riesgo que corre una persona víctima de una persecución política (?). Pero olvida que la agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) onU ya aclaró que Julian Assange no califica como refugiado.
Se dice que la conducta de Correa no sólo obedece a su obsesivo sentimiento antiestadounidense –el blanco preferido de sus diatribas es Washington–, sino también a “su deseo de lavar su imagen, después de que varios organismos internacionales, entre ellos el Comité para la Protección de Periodistas, lo acusaran de limitar la libertad de prensa en su país”.
Mientras tanto se habla de diálogo, que puede ser de sordos...
no corresponde el asilo por delito común. Assange es un violador, o está acusado como tal no merece el asilo político. sabio editorial de OPINION
Assange. las dos mujeres que lo acusan de violador en Suecia |
Supone, pues, la idea de lugar inviolable. Sin embargo, el antecedente directo del asilo actual en el derecho internacional es el llamado asilo entre Estados.
Esta modalidad del asilo consiste en el derecho que tiene un Estado, como expresión de su soberanía, de ofrecer protección a una persona de otro Estado.
En similares términos se expresa el Artículo 22.7 de la Convención Americana de Derechos Humanos, que afirma que: Toda persona tiene el derecho de buscar y recibir asilo en territorio extranjero, en caso de persecución que no sea motivada por delitos de derecho común y de acuerdo con la legislación de cada país y con los convenios internacionales. Sujeto activo del derecho de asilo es la persona o grupo de personas extranjeras que, siendo perseguidas por un determinado Estado se ven obligados a solicitar la protección o asilo de otro Estado. Los motivos por los que pueden ser perseguidas esas personas solicitantes de asilo pueden ser ideológicos o políticos.
No se pueden beneficiar del asilo quienes han cometido delitos contra la paz, crímenes de guerra o delitos contra la humanidad.
El bien jurídico protegido u objeto de esta garantía es esencialmente la vida, la integridad psico-física, la libertad personal y la seguridad personal de la persona perseguida.
También la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea promulgada en 2007 y de entrada en vigor el 1 de diciembre de 2009, en su Artículo 18 garantiza este derecho: Se garantiza el derecho de asilo dentro del respeto de las normas de la Convención de Ginebra de 28 de julio de 1951 y del Protocolo de 31 de enero de 1967 sobre el Estatuto de los Refugiados y de conformidad con la Constitución. Y en la Carta Africana sobre Derechos Humanos y de los Pueblos promulgada en 1981 y de entrada en vigor el 21 de octubre de 1986, este derecho es contemplado en el Artículo 12.3: “Todo individuo tendrá derecho, cuando esté perseguido, a buscar y obtener asilo en otros países de conformidad con las leyes de esos países y los convenios internacionales”.
martes, 21 de agosto de 2012
publicamos aquí porque Assange tiene ahora como activistas a ciertos "personajes" cuya conducta es sospechosa en cuanto al comportamiento sicopático que les hace buscar acomodo a como dé lugar
El abogado de Bradley Manning, el joven soldado acusado de entregarle miles de documentos al sitio internet WikiLeaks, denunció que su cliente recibió un trato humillante y degradante durante los primeros meses de prisión en un centro en Viriginia, Estados Unidos, e interpuso una moción para que el caso sea desestimado.
Manning es la única persona que ha sido detenida en lo que se considera la filtración más extensa de secretos de estado en la historia de EE.UU.
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La aparición en el balcón de Julian Assange
Bradley Manning: ¿héroe o traidor?
El nombre del soldado, que enfrenta un tribunal militar y una posible sentencia de cadena perpetua, volvió a surgir el domingo pasado cuando el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, manifestó solidaridad con él durante un discurso emitido desde el balcón de la embajada de Ecuador donde está asilado.
Grupos de apoyo de Bradley Manning esperan que la juez militar que escucha el caso por lo menos reduzca su sentencia de acuerdo a los meses que estuvo sometido a los supuestos abusos.
Otros, sin embargo, dudan que el prisionero fuera maltratado y creen que si se le encuentra culpable pagará una larga condena en la cárcel.
"Tortura"
"Son algunas de las técnicas trágicas que los infantes de marina han usado en Guantánamo y Abu Ghrai"
Ann Wright, coronel retirada, grupo de apoyo de Bradley Manning
Cuando Manning fue arrestado en mayo, 2010, fue llevado a un centro de detención de Quantico, Virginia, aledaño a Washington DC, durante nueve meses. Es allí que su abogado, David Coombs, acusa a sus guardianes de someterlo a un trato inapropiado y en violación del código militar.
BBC Mundo habló con un representante del grupo de apoyo de Bradley Manning -una organización independiente del equipo legal- que aseguró que el soldado estuvo en una celda solitaria en la que solo le permitían salir durante 20 minutos al día, lo obligaban a desnudarse y lo forzaban a estar parado sin poder apoyarse en nada o a sentarse erguido sin espaldar por muchas horas.
El abogado de Manning interpuso una moción de más de cien páginas en las que denunció condiciones de abuso y humillación y alegó que hubo complicidad entre los militares que ignoraron las recomendaciones psiquiátricas de retirarle la vigilancia por riesgo de suicidio.
Bajo el pretexto que podría suicidarse, sostiene Nathan Fuller del grupo de apoyo, los guardianes lo azoraban constantemente, preguntándole cómo se sentía.
También tenía que portar un chaleco que limitaba sus movimientos así como dormir en una cama especial con unas cobijas "antisuicidios" que eran muy incómodas.
"Es una forma de tortura", dijo a la BBC Ann Wright, coronel retirada y exdiplomática extadounidense que renunció en 2003 en protesta contra la guerra en Irak. "Son algunas de las técnicas trágicas que los infantes de marina han usado en Guantánamo y Abu Ghraib".
El abogado de Manning (en el centro del dibujo) espera probar que hubo tortura.
Wright, que es parte del equipo que asesora al grupo de apoyo de Manning, aseguró que este no es el trato normal que se le da a un prisionero, "ciertamente no a uno que no ha sido convicto de nada".
"Lo hacen en un intento de romperlo y forzarlo a decir lo que ellos quieren escuchar", señaló la oficial retirada. "Pero esas técnicas no son buenas para sacar la verdad porque la persona admite cualquier cosa para que se acabe la tortura".
Desestimación del caso
Según el código militar, si se determina que un miembro de las fuerzas armadas ha sido ilegalmente castigado antes de su tribunal, la juez que escucha el caso, coronel Denise Lind, podría desestimar las acusaciones o, por lo menos, rebajar el tiempo de condena para reflejar los días que ya ha estado detenido.
El problema está en determinar si hubo o no trato abusivo contra Bradley Manning.
Stephen Donehoo, coronel retirado y experto en asuntos de seguridad nacional e inteligencia del grupo McLarty Associates, en Washington, manifestó escepticismo sobre la moción de la defensa de Bradley.
"No puedo imaginar que en el lugar de detención que estuviese hubiera sido sometido a abusos", expresó a la BBC. "Es natural que sus abogados estén tratando de aferrarse a lo que puedan, pero no hemos visto la evidencia forense, que será la definitiva".
"Si es que él revelo tal volumen de datos clasificados sabiendo que eran restringidos y estaba obligado a protegerlos, no hay duda que merece una condena de cárcel muy larga"
Stephen Donehoo, experto en seguridad naciona, McLarty Associates
No obstante, Ann Wright dejó entrever que habría un correo electrónico que apunta a un oficial del ejército que autorizó el maltrato de Manning. "El gobierno de Estados Unidos es como una coladera y de vez en cuando salen sorpresas".
Wright indicó que documentos como ese serán presentados el próximo 28 de agosto ante la juez Lind, durante una audiencia preliminar en Fort Meade, Maryland.
A comienzos de octubre se realizarán otras audiencias, al final de las cuales se determinará si se desestima el caso o se prosigue con el tribunal militar.
Garantías judiciales
"Ir contra el sistema es un gran desafío", reconoció Wright. "Va a ser una lucha el poder presentar la evidencia y que los militares y las agencias del gobierno colaboren con los documentos que se les están solicitando".
La coronel en retiro alegó que la juez había puesto un límite al tipo de material que el gobierno estaría obligado a someter.
Pero Stephen Donehoo, de McLarty Associates, aseguró que Manning recibirá un juicio justo.
"El sistema legal militar en Estados Unidos es de larga tradición e independencia. Los fiscales militares y federales son profesionales y van a procesarlo por este caso de la mejor manera".
Donehoo afirmó que las acciones de Manley han generado un daño palpable en las relaciones diplomáticas que EE.UU. sostiene con otros países que, en algunos casos, demorarán mucho tiempo en repararse.
"Si es que él revelo tal volumen de datos clasificados sabiendo que eran restringidos y estaba obligado a protegerlos, no hay duda que merece una condena de cárcel muy larga", concluyó.
lunes, 20 de agosto de 2012
el sicópata se va quedando solo. sus amigos lo abandonan. su familia más próxima toda distancia. su propia madre prefiere, con gran dolor, tener menos que ver con sus asuntos e ignorar lo que le pasa. no puede retener un trabajo y termina siendo "un activista de causas perdidas y peligrosas".
hemos seguido los pasos del sospechoso de ser el sicópata que estamos buscando a partir de la comisión de su delito el 2 de junio de 2010. no hemos descansado un solo día y hemos realizado un estudio apoyados con tratados sobre sicopatía y el sabio consejo de expertos que han estudiado el tema y que conocen la tipicidad de casos similares aquí en Suecia.
Uno de los profesores consultados Lawrence D, Kolb de la Universidad de Columbia y profesor visitante del Instituto de Siquiatría del Servicio Presbiteriano de Nueva York nos ha señalado que tiene que ver el mal con el cerebro y la conducta. Los subsistemas estructurales y funcionales del cerebro con relación a la condcta han sido el foco del estudio. Los estudios fisiológicos tienen una relación de aplicación para explicar funciones importantes en la vida diaria. Han establecido las bases para encontrar nuestra capacidad de comprender el proceso en el cerebro de lo ligado a los impulsos instintivos y a los afectos.
Los enfermos mentales sufren porque no pueden controlar los estados afectivos que percibe de modo subjetivo. La ternuera, el amor, los celos, la angustria, la tristeza y la soledad, la culpa y la verguenza, la envidia y el odio, son diversos matices de los afectos primitivos del amor, mierco y rabia y sólo se pueden definir a través de los informes verbales que el hombre da cuando habla de cada estado afectivo, en otros tipos de animales en los que los estudiosos han fijado su atención.
En todo caso las consideraciones son muchas y ha salido a la luz la conducta incapaz de adaptarse a las circunstancias con que va rompiendo el sicópata. nada le parece bien. exige perfección. no expresa un sólo sentimiento, actúa en forma mecánica y muchas veces teatral, fingidamente, hipócritamente como me explica el estudiante de medicina que escucha mis observaciones. Quiere aparecerse "un señorito cortés y educado. se muestra exageradamente servicial, aunque pasada unas horas o unos días se olvida de su comportamiento y vuelve a su ser profundo". Es entonces frío, descortés, totalmente desinteresado de quienes parecía ser amigo.
Tiene dificultades en su relación con la familia. Ha roto con su madre y con su hermana. No puede estar dando explicaciones de todo lo que hace, y al parecer no funciona "la química" aquellas no le entienden y éste no las entiende a ellas, que parecen unidas, conspirando con el pobrecito que poco a poco se considera una víctima de la conspiración de madre y hermana. El pacto de complicidad que existió entre ellos tres sobretodo para apartar al padre y al "sambo" de la familia, cumplido el objetivo ya no tiene razón.
Siendo mujeres aquellas de alguna manera han expresado su comprensión contra la víctima del sicópata y han concluído que es mejor tenerlo a distancia. Este ha llegado a extremos de frialdad y desinterés y aparta toda relación...no quiere compromisos...sobretodo evita que opinen sobre sus decisiones. Aquí hacemos una pauta.
Uno de los profesores consultados Lawrence D, Kolb de la Universidad de Columbia y profesor visitante del Instituto de Siquiatría del Servicio Presbiteriano de Nueva York nos ha señalado que tiene que ver el mal con el cerebro y la conducta. Los subsistemas estructurales y funcionales del cerebro con relación a la condcta han sido el foco del estudio. Los estudios fisiológicos tienen una relación de aplicación para explicar funciones importantes en la vida diaria. Han establecido las bases para encontrar nuestra capacidad de comprender el proceso en el cerebro de lo ligado a los impulsos instintivos y a los afectos.
Los enfermos mentales sufren porque no pueden controlar los estados afectivos que percibe de modo subjetivo. La ternuera, el amor, los celos, la angustria, la tristeza y la soledad, la culpa y la verguenza, la envidia y el odio, son diversos matices de los afectos primitivos del amor, mierco y rabia y sólo se pueden definir a través de los informes verbales que el hombre da cuando habla de cada estado afectivo, en otros tipos de animales en los que los estudiosos han fijado su atención.
En todo caso las consideraciones son muchas y ha salido a la luz la conducta incapaz de adaptarse a las circunstancias con que va rompiendo el sicópata. nada le parece bien. exige perfección. no expresa un sólo sentimiento, actúa en forma mecánica y muchas veces teatral, fingidamente, hipócritamente como me explica el estudiante de medicina que escucha mis observaciones. Quiere aparecerse "un señorito cortés y educado. se muestra exageradamente servicial, aunque pasada unas horas o unos días se olvida de su comportamiento y vuelve a su ser profundo". Es entonces frío, descortés, totalmente desinteresado de quienes parecía ser amigo.
Tiene dificultades en su relación con la familia. Ha roto con su madre y con su hermana. No puede estar dando explicaciones de todo lo que hace, y al parecer no funciona "la química" aquellas no le entienden y éste no las entiende a ellas, que parecen unidas, conspirando con el pobrecito que poco a poco se considera una víctima de la conspiración de madre y hermana. El pacto de complicidad que existió entre ellos tres sobretodo para apartar al padre y al "sambo" de la familia, cumplido el objetivo ya no tiene razón.
Siendo mujeres aquellas de alguna manera han expresado su comprensión contra la víctima del sicópata y han concluído que es mejor tenerlo a distancia. Este ha llegado a extremos de frialdad y desinterés y aparta toda relación...no quiere compromisos...sobretodo evita que opinen sobre sus decisiones. Aquí hacemos una pauta.
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